Palabras de la Licda. Dalia María Feliz Ramírez,
Candidata a la vicepresidenta de la republica año 1996.
En el conversatorio organizado por El Tribunal Superior Electoral (TSE)
Sobre el Voto de la Mujer Dominicana
15/mayo/2023.-
Buenas tardes para todos y para todas, nos llena de gran satisfacción comparecer ante ustedes luego de que en las elecciones de 1996 nos presentáramos ante la sociedad dominicana como la candidata a la vicepresidencia de la república.
Nuestro profundo agradecimiento al honorable Tribunal Superior Electoral (TSE) en la persona de su presidente titular Ygnacio Pascual Camacho Hidalgo, a la honorable magistrada Rosa Pérez de García, jueza titular de esta alta corte y Coordinadora de la División de Igualdad de Genero, quienes nos distinguen al convocarnos en este Conversatorio acerca del Voto de la Mujer Dominicana con la misión de exponer ante ustedes algunas consideraciones y , en que ha devenido aquel compromiso político, nuestros planteamientos para entonces y la lealtad que como justa reciprocidad, merece nuestro país de quienes se comprometen por ante sus instituciones y la ciudadanía en general.
La oportunidad se propicia a la luz del pensamiento avanzado de uno de los políticos dominicanos que más ha aportado al desarrollo democrático y a la paz social de la nación, con cuyos trascendentales aportes a la gobernanza, e inquebrantable rectitud se enaltece el ejercicio político de nuestro país. Con especial deferencia me refiero al honorable doctor Rafael Alburquerque, ex vicepresidente de la república.
Resulta oportuno expresar nuestro más elevado reconocimiento al trabajo desarrollado por la prensa nacional, a esos periodistas cuyos nombres calzaron los escritos que hoy recoge la historia concibiendo aquella iniciativa novedosa y sorprendente, como una expresión respetable del avance que nuestro país estaba perfilando hacia una democracia más participativa, a las aspiraciones y pensamiento político, sin que mediara para sus consideraciones el elemento género.
Resultaría determinante el tratamiento que la prensa le pudiera dispensar a la experiencia, para que la misma influyera en los dirigentes políticos tradicionales, en sus lectores y la opinión pública en general. Y lo logró.
Indudablemente fue un gran aporte de la clase periodística a la democracia interna de los partidos, al ejercicio político de la mujer y a la conciencia nacional.
Claro que la lucha de las sufragistas dominicanas desde el 1934 con su voto ensayo, y hasta el 16 de mayo de 1942 con el ejercicio del derecho al voto de la mujer, a la fecha de la experiencia que nos tocó asumir, logran romper los paradigmas, sustentar el pensamiento de equidad y más adelante para velar por los objetivos, alcanza en nuestro país, que cada institución del Estado dominicano instituya una División de igualdad de género. Pero obviamente la propuesta va mas alla.
Es de justa referencia histórica hacer mención que durante uno de los más obscuros estadios por los cuales ha transitado nuestro país en busca de libertad política y desarrollo democrático, tiempos de persecución, escarnio, dolor y muerte, y en contraposición, de firmeza inquebrantable, claridad, fortalezas y heroísmos, en 1962, para dar el siguiente paso, nuestro país pensó en una mujer e inscribió la candidatura a la vice presidencia de la republica de la doctora Josefina Padilla.
Docente, catedrática universitaria, médica y política, anti trujillista, única mujer entre los doce fundadores del movimiento político anti trujillista “Juventud Democrática”.
Fui alumna de esta gran mujer, y escuché su historia de viva voz, genuinamente heroica, particularmente cruel y sobrecogedora, me atrevería a asegurarles que esa mujer, serena por demás, siempre estuvo a nivel de tan solemne investidura, no por cualquier mujer, yo votaría por ella.
Nuestra candidatura fue el resultado de una confrontación interna en el PPD, contra tres dignos contrincantes miembros de la Dirección Nacional del Partido, dependía de nuestro trabajo político alcanzar los votos que nos pondrían en condiciones de ser la compañera de boleta de nuestro candidato presidencial, presidente y líder del entonces Partido del Pueblo Dominicano (PPD) doctor Rafael Alburquerque.
El valor histórico de nuestra inscripción por ante la Junta Central Electoral, significó un tributo más que merecido a las líderes del pensamiento político que en nuestro país, involucra a la mujer dominicana.
A partir de los hechos narrados, de una segunda candidatura en 1998 por la Senaduría de Barahona nuestro pueblo natal, el Partido del Pueblo Dominicano (PPD) desaparece como partido. En la actualidad no tenemos militancia partidaria.